sábado, 17 de abril de 2010

GRACIAS A TODOS.

Gracias, es lo que ahora en estos momentos sale desde dentro de mis entrañas, me acuerdo al comienzo de esta gran hazaña, que muchos de nosotros no creíamos que esto seria tan grande como al final ha sido.
Yo, como capataz del paso de la imagen titular de Jesús Caído con la cruz a cuestas, y el Cristo yacente, me siento orgulloso de todos, sin excepción alguna, gracias a todos mis compañeros, que desde fuera cuidaban, velaban y eran los ojos de los que estaban debajo soportando el peso de nuestro Señor Jesucristo, gracias Miguel Ángel, gracias Javier y gracias Jose Luis, han sido ustedes unos buenos hombres de trono. Gracias también, a todos los componentes de mi Junta de Gobierno, yo en su día no dude en tenerles a mi lado, y cada vez que nos reunimos, me siento mas orgulloso de haberles elegido en aquellos momentos, ayudan en todo lo posible y lo imposible. Gracias a todos los hermanos que formamos esta Hermandad de penitencia, gracias por vuestra confianza, y gracias por colaborar y acompañar a nuestras imágenes en su salidas procesionales por las calles de nuestro pueblo, también hay que pedir por que cada año la devoción hacia nuestras imágenes y hacia la semana santa de nuestro pueblo sea mayor. Y como no, GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS, esa gente buena, con un mismo sentimiento, que forman un solo corazón, que respiran bajo el peso que les cae, es bonito ver, bajo un sentimiento que no se puede describir con palabras, que solo se entiende en tu corazón, y que es irremediablemente fuerte y sincero pero a la vez esta cargado de tanta emoción y sencillez, que no son capaces las palabras de brotar de tu boca, una gente, que a pesar de tener diferentes edades, de tener diferentes aficiones, de ser como es cada uno, que la divina majestad haga posible ese encuentro y que a la vez sea tan hermoso con Dios y tan lleno de fe.
Han sido muchos días, muchos ensayos, muchas horas compartiendo el tiempo, son mi segunda familia y ellos lo saben, les quiero y mucho mas cuando comparto algunas palabras en la calle con alguno. Este año ha sido muy especial para mí, por momentos duros y amargos que me han tocado vivir, pero han sido también muchos momentos felices al lado de ustedes, mis costaleros.
Ahora, parece que todo ha acabado, que ya hasta dentro de un año no volveremos a vernos, y echaremos de menos esos ratos, ese tiempo compartido con tanta devoción hacia Cristo. No te desesperes hermano costalero que al año que viene Jesucristo te espera, y no lo olvides, visitarlo con frecuencia, y tenerlo en cuenta en tus oraciones. Gracias a todos, vuestro capataz y presidente.

Un saludo.